14 agosto, 2016

No estaba muerta, estaba de parranda

Tras más de un año sin escribir, aquí estoy de nuevo para contaros cómo me ha ido en este tiempo.

Sé que he tardado mucho en volver a escribir, pero entre unas cosas y otras, las ganas, el tiempo ocupado, y demás, no he escrito nada. Peeeero no es excusa, y por eso aquí estoy, porque además he recibido bastantes (bueno, unos pocos, que no soy famosa ni nada, pero bastantes para mí) comentarios pidiéndome que volviera a escribir y que os contase y dándome ánimos y eso siempre halaga.

¿Por dónde empezar? Pues por donde me quedé, por los primeros meses del ensayo experimental Olympia. Pues bien, seguí con mis cuatro pastillicas diarias, y la verdad es que no me dio problema en ningún momento. Había que seguir las revisiones pertinentes, y esas cosas pesadas de pincharme para análisis, tomar constantes, etc.

Pero en el transcurso de ese tiempo, mi teta izquierda (la que estaba afectada por el tumor) no iba bien. Tras la radio sentía muchos pinchazos, que estaba más alta de lo normal, la piel muy tirante, la prótesis muy arrugada. Así, pues, en verano de 2015 pedí cita con el cirujano plástico para que me viese, y él también opinaba que algo no marchaba bien, así que la decisión fue probar a echarme crema hidratante (muy hidratante) cuatro veces al día durante 15 días: otro coñazo inmundo algo monótono y pringoso, porque odio echarme crema. Pero a los 15 días volví al cirujano, y eso iba de mal en peor, la crema no había funcionado. Las palabras del cirujano fueron (bueno, más o menos): yo no esperaría a ver que pasa con esto, porque cualquier día te puedes levantar con una úlcera en la piel y que se te caiga la prótesis al suelo literalmente. Había apenas una lámina muy fina de piel entre la prótesis y el exterior. Así, me dio cita para operarme en 9 días. Así me lo dijo, sin anestesia ni nada, en poco más de una semana me volvían a operar.

La operación consistía en la reconstrucción de la piel del pecho con el dorsal ancho de la espalda del mismo costado. Para ello, me quitaron la prótesis y me pusieron un expansor con poco suero. Pero bueno, la verdad es que fue mejor de lo esperado (la operación, el postoperatorio no). Salí bastante bien, aunque con dos drenajes en el mismo lado, uno que iba al pecho y otro a la espalda, pero a los 5 días los drenajes empezaron a secar y a doler como el demonio. Pero antes, durante los dos días siguientes a la operación, sufrí un par de síncopes vasovagales, el segundo de ellos casi me deja en el sitio: mareo muy fuerte, seguido de desvanecimiento, vómitos, hipotermia (a 33º, flipa) y un dolor de barriga brutal, que me duró algo más de una hora, hasta que llené una cuña que mi pobre querida madre recogió sin una queja. Eso sí, no me manché ni un poquito.

Pero lo que cuenta es que la recuperación fue bien, no me tomé ningún analgésico, salvo los tres que me tuve que tomar cuando me empezaron a doler los drenajes, y volví a casa bien, sin apenas dolores, y con una capacidad de movimiento mucho mayor a lo esperado. Me ha quedado una cicatriz en la espalda de una línea horizontal que va desde bajo la axila a la columna, que apenas se nota y que me la han dejado a la altura del sujetador, y un parche de piel de la espalda en la teta izquierda (ahora puedo tocarme la espalda en la teta), en la que no tengo nada de nada de sensibilidad.

En las semanas siguientes a la operación, fui a que me fueran rellenando el expansor, ya que hacía que la teta izquierda fuera ligeramente más pequeña que la derecha. Pues bien, el expansor es como una prótesis de silicona, pero sin silicona, con una válvula por la que se inyecta suero teñido de azul (para saber que lo que se pincha es el expansor y no fuera). La válvula tiene un pequeño imán que se localiza con un artilugio muy sofisticado, con el cual parece que estás buscando metales en la playa o algo así, y cuando localizan la zona, te pinchan con una aguja para caballos (o una aguja intramuscular de las más grandes, como ellos la llaman) en el medio de la válvula, y te inyectan suero. Esto la verdad es que no duele nada, pero cuando te meten unos pocos ml de suero, la teta parece que te pesa 7 kilos más cuando te incorporas. Y bueno, con un par de expansiones o tres te dejan la teta un poquito más grandecita que la otra, pero vaya, ninguna diferencia más allá de la que pudiera notarse de forma natural (no te queda un tetón y una tetilla ni nada).

Siguiendo el orden de cosas, en febrero de este año terminé las pastillas del ensayo. No sabéis la alegría que puede llegar a sentirse cuando te dicen que ya no tienes que tomar unas simples pastillas. Pero tengo que seguir con mis revisiones de análisis y demás cosas, que, hasta el momento, han dado resultados positivos. 

También pasé por la revisión del gineoncólogo y me dijo que estoy muy sana, que puedo tener hijos (me metió un poco de prisa para tenerlos ya, pero no, eh, todavía no) y hablamos de cuándo quitarme los ovarios, lo cual queda relegado a más adelante por los problemas que podría causar una menopausia precoz.

Y entonces en marzo llegó la última operación que me hicieron: cambio del expansor por la prótesis. Y esta no tiene mucho más, porque es volver a abrir la misma cicatriz por arriba y sacar el expansor y meter una prótesis del mismo tamaño. Salí con un drenaje y a los dos días me lo quitaron y me mandaron ¡a casa! Casi le doy un beso al cirujano cuando me dijo que me podía ir. ¡Sólo dos días de ingreso! Increíble. Qué alivio.

Las revisiones de mi nueva teta fueron muy bien, y me dijeron que me iban a reconstruir los pezones a final de año, pero... han ido tan bien que me los van a hacer ¡¡¡¡este jueves!!!! Sí, sí, sí, este jueves ya, ¡¡¡¡¡¡voy a tener pezones, voy a poder rallar cristales con ellos, voy a poder indicar derecha o izquierda con ellos, voy a tener pezones!!!!!!! Y dentro de un año me los tatuarán, junto con la areola. 

Sólo espero que mi cirujano plástico siga haciendo un increíble trabajo como hasta ahora y no me deje unas tetas bizcas, porque vaya trauma si no sé para dónde miran. Así que ya os contaré (sí, os lo contaré pronto, aunque sigo sin prometer nada).

Por cierto, no os lo he dicho, pero tengo un pelazo ya, media melenita, por los hombres, ondulada, a veces basstante rizada. 

De nuevo gracias por los ánimos.


N


6 comentarios:

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  3. Te leo desde el principio y m encanta q sigas escribiendo , pues aún m falta para llegar donde estás tú y así m asesoro del camino a seguir . Gracias por seguir contando tu experiencia a mí m sirve mucho , siento q t halla tocado pasar por esto tan joven .Un beso.

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  4. Te leo desde el principio y m encanta q sigas escribiendo , pues aún m falta para llegar donde estás tú y así m asesoro del camino a seguir . Gracias por seguir contando tu experiencia a mí m sirve mucho , siento q t halla tocado pasar por esto tan joven .Un beso.

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  5. Es q hay q quererla! Es pa comérsela! Guapa. Te quiero! Sensi.

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