29 septiembre, 2014

Todo pasa y todo llega

Ayer hizo justo un mes desde que me operaron. Y desde entonces todo ha mejorado por días.

Para empezar, la primera visita al cirujano plástico tras dos semanas de operación fue satisfactoria: todo evoluciona correctamente.

Siguiendo por: el informe de anatomopatología traía buenas noticias. El tumor estaba encapsulado en un hematoma, caso extraño, pero ello había impedido que se expandiese a otros lugares. Lo cual quiere decir que estoy limpia, ¡que es genial!

La posibilidad de someterme a radioterapia el mes que viene aún está en el aire, pues lo están estudiando y hay posibilidades de que me libre de ella (ojalá) y si me dicen que tengo que pasar por ella pues pasaré, que es lo que toca y al bicho este habrá que terminar de fulminarlo.

Después: la siguiente visita al cirujano plástico también ha sido buena, todo sigue bien, de hecho muy bien. Y va cogiendo forma y, sobre todo, cada día me veo mejor.

Y por último: acabo de llegar de andar y ¡correr! 

Así que estoy contenta y orgullosa: hace dos meses y medio que me dieron el último ciclo de quimio y un mes desde que me operaron y acabo de llegar de correr, sin pararme, despacito, pero corriendo. Contenta de ir evolucionando cada día un poquito más.


N.

12 septiembre, 2014

Quién dijo miedo habiendo hospitales y cementerios Vol. 2

Ya hacen 15 días desde que me operaron. Desde que entré al quirófano hasta que volví a la habitación pasaron unas seis horas. Nada mal.

Todo había salido bien, y eso era lo que me importaba nada más despertar. Si estaba todo bien, si el alien estaba ya fuera, si no había nada más. Y así era, ya no estaba. Eso me alivió y me volví a dormir. Me dormía y despertaba de forma intermitente tras el efecto de la anestesia y el nuevo efecto de la morfina.

Eso de la morfina era una sensación nueva para mí. Agradable y desagradable a la vez. Por un lado propiciaba una sensación de relajación total, como si nada importase, nada dolía, todo era fugaz; por el otro era mareante, no podías despegar la cabeza de la almohada, y sentías que te quedabas totalmente empanada, sin poder reaccionar. Por suerte no sentía ningún dolor.
El resto de días fue a base de Nolotil y paracetamol. El dolor pasó a notarse bastante más, pero por lo menos me enteraba de lo que sucedía a mi alrededor.
Lo peor, aparte de la venda compresiva que llevas rodeándote el pecho y la espalda, eran los redones. Los puntos que sujetaban los tubos de los drenajes tiraban mucho, produciendo un dolor horrible. Con ellos me tiré los seis días que estuve ingresada, deseando cada mañana que me dijeran que me los quitaban ya y me podía ir para casa, pero no, hubo que esperar al sexto día, y no fue tan mal como esperaba.

Pero la parte más traumática fue al quitar los vendajes. Aunque sabes que el tema no va a estar precioso ya tan rápido, aunque hayas visto miles de fotos antes en Internet de mastectomías, aunque te hayan puesto unas prótesis buenísimas... eso cuando lo ves es un shock bastante grande. Al principio está todo color yodo, y bastante deforme, pero poco a poco va a su sitio y va tomando forma y quedando bien, de hecho con ropa no parece que me hayan hecho nada (excepto por la caca de sujetador que hay que llevar durante un mes y pico).

La experiencia en el hospital fue buena, antes de entrar en quirófano vino a tranquilizarme el anestesista, que era un amor y las enfermeras que estaban allí con él también. Fueron muy amables conmigo y estuvieron pendientes de relajarme, aunque eso fuera difícil. Además, ya en la habitación, vino a verme el anestesista al día siguiente para ver como estaba. También venían a verme los cirujanos plásticos de la planta y las ginecólogas cada día, para ver la evolución de las cicatrices y si iba todo bien.
Los enfermeros y auxiliares que me atendieron fueron muy amables y atentos conmigo. Tuve a mis padres trayéndome comida cada día para que no tuviera que comerme la del hospital (puag), aunque se hizo largo, ellos hicieron que no fuera malo. Salíamos a pasear todos los días, por los pasillos, y por fuera del hospital cuando me vi con fuerzas para salir, y veíamos series.


Después de quince días me encuentro bastante bien, aunque no tengo todavía toda la movilidad, puedo moverme más de lo que me esperaba. Así que la recuperación está siendo buena.

Volveré con nuevas noticias cuando sepa de ellas, en las próximas citas con el oncólogo y el cirujano plástico ^^



N.