02 marzo, 2014

Por San Valentín un cáncer de mama

Tengo 23 años. Hace exactamente 18 días me enteré de que tengo cáncer de mama. Un cáncer de origen hereditario muy agresivo.

Todo empezó el día de Navidad, cuando enjabonándome en la ducha noté el pecho izquierdo más duro que el derecho. Automáticamente me puse a buscar las diferencias y a palpar esperando encontrar un bulto. Y ahí estaba. Corriendo bajé a mostrárselo a mis padres y que me confirmaran que no eran paranoias mías. Nos pusimos en marcha, cita con el médico y petición de ecografía, pues sabemos que con estas cosas hay que darse prisa, y aunque no es recomendable ponerse desde el principio en lo peor, ya habíamos pasado por otro cáncer de mama en casa, el de mi madre, con 46 años. Pues bien, el radiólogo que me realizó la eco me recomendó una biopsia lo antes posible. No tenía buena pinta.
A las dos semanas ya me estaban haciendo la biopsia del bulto que tenía en el pecho izquierdo. Dolió mucho. Los resultados se esperaban en una o dos semanas. Yo estaba estudiando lejos de casa, así que mi madre fue a por los resultados. Los nervios y la preocupación se apoderaron de mí. A las dos semanas mi padre vino a darme la noticia y a llevarme de vuelta a casa. Era jueves, nos fuimos el viernes de San Valentín. A la semana siguiente ya tenía todas las pruebas preoperatorias preparadas: electrocardiograma, análisis, ecografía de abdomen y axilas, radiografía de tórax, cita con el cirujano, con el anestesista... Además de cita con el ginecólogo para pedir la preservación de óvulos para poder tener hijos en el futuro (la quimio tiene muchas probabilidades de producir esterilidad o una menopausia precoz).
Ya en la primera prueba, ecografía axilar para comprobar el estado de los ganglios linfáticos, surgió un problema, había un ganglio inflamado. Así, para tres días después ya tenía programada una segunda biopsia. Esta dolió menos. O yo iba más tranquila por la valeriana que me había tomado. A la semana siguiente ya tenía los resultados. Hubo suerte, ese ganglio está libre de metástasis. La inflamación se debía a una histiocitosis (reacción inmune). Así pues, en unos días me harán la prueba del ganglio centinela para descartar metástasis en el resto de la cadena linfática.

Por otra parte, empiezo el tratamiento de fertilidad. Primero pastillas de inhibición hormonal, para evitar que el tumor crezca y en un par de días las inyecciones para estimular la producción de óvulos. A primera hora ya me han hecho análisis para comprobar los niveles de estradiol, y al medio día vuelvo a tener cita con el ginecólogo para comprobar que está todo en orden. En un par de semanas me estarán extrayendo los óvulos para congelarlos.

Se ha producido un parón en mi vida. Me espera un centenar de pruebas, análisis, medicamentos visitas al hospital y operaciones. Parece que nunca va a terminar. Es un largo camino para superar esta enfermedad, con éxito, por supuesto.


N.

4 comentarios:

  1. ¡Hola N!
    Como tu primer comentario en tu primera entrada no sé si te hará ilusión porque es premeditado, pero quería darte las gracias por compartir todo este proceso desde dentro, por tu tiempo, y por ayudar a conocer un poco más todo lo que supone tener un cáncer de mama.

    Un día más es un día menos para llegar al final, y ahí estaremos para darte la enhorabuena (por curarte, y por las tetas nuevas!)

    Un besote!

    ResponderEliminar
  2. Mucho animo, mucha suerte y enhorabuena por tu valor para escribir tus vivencias, y por esta idea que va a ayudar a mucha gente en tu situación.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Las dos sabemos que esto acabará pasando antes de lo que crees y que todo va a ir genial. Tú eres fuerte y puedes con todo, nena :***

    ResponderEliminar
  4. Tan joven y tan valiente! Sabes que es un palo pero que todo va a ir muy bien y lo celebraremos juntas en MV o en directo. Muuuucho lovepower!

    ResponderEliminar

¡Déjame un comentario, que me hace mucha ilusión!